jueves, 14 de enero de 2010

La política sin ciencia

Por: Querien Vangal

Enero / 2008

 

 

Señalar que en México se hace política sin ciencia, tiene una variedad de significados, uno de los cuales tiene que ver con la inversión del círculo virtuoso del "deber ser" de la naturaleza y del ser humano.

 

Esto se comprende mejor si, como punto de partida tomamos la ley universal descubierta desde la antigüedad por Aristóteles, quien con precisión dividió así la Filosofía: Teorética, Práctica, Poética y Lógica.

 

La Teorética se divide en tres áreas: Física, Matemáticas y Filosofía Primera o Metafísica. En tanto, la Práctica se divide así: Ética, Economía y Política.

 

Y mientras que la Poética se ocupa de la Estética, la Lógica es sólo instrumento para investigar y analizar en materia de Teorética, Práctica y Poética.

 

Aterricemos: la causa de que la Teorética empiece con el estudio de la Física, se debe a que el punto de partida del conocimiento en el ser humano es la comprensión de la realidad externa, integrada por la naturaleza y por los demás seres humanos. De este modo, la tendencia natural a cuantificar o medir la realidad externa, explica el porqué de la segunda área de la Teorética: la Matemática.

 

Y la causa de que la tercera área de la Teorética sea la Metafísica, tiene que ver, primero, con la imprescindible necesidad de toda persona de conocerse y comprenderse a sí misma, enseguida, para saber cómo encaja y cuál es su misión frente a la realidad, y luego, resolver el problema de su interacción armoniosa con sus semejantes.

 

Resueltas estas necesidades existenciales para una interacción armoniosa con las demás personas -familia y sociedad-, el ser humano en lo particular requiere de la Práctica, y entonces lo primero es la Ética, para así establecer normas de convivencia justa y equitativa que den como resultado la práctica de la justicia.

 

Así, en el uso y disposición de la naturaleza y de sus vastos recursos humanos y materiales, la Práctica sigue con la Economía, cuyo círculo virtuoso y justo propicia y favorece la generación de riqueza moral, existencial y material.

 

Como se verá, sólo hasta entonces, la Práctica aristotélica sigue con la Política, la cual está basada en una objetiva y correcta concepción y cuantificación de la realidad; en un debido auto conocimiento de los políticos en particular, quienes, a su vez, deben poseer sólidos principios éticos para el prudente manejo de los recursos naturales y económicos. De esta manera, a los interesados en la Política les es válido incursionar en el gobierno de los demás.

 

Valore ahora el lector, a qué se deben las crisis sociales, económicas y políticas que estamos viviendo. Valore si en el ejercicio de la política en nuestro país se aplica esta jerarquía natural de funciones, e identifique cuál es el valor de la Práctica aristotélica que rige entre nuestra clase política: ¿la Ética?, ¿la Economía?, ¿la Política?

 

Cabrían otras interrogantes: ¿Quién de nuestros políticos podría presumir de al menos un intento para seguir el ordenamiento natural y lógico que hemos aludido? ¿Quién de los que ahora andan por ahí pidiendo votos tiene la mínima preparación para hacer política? ¿Será quizás Roberto Ruiz Esparza, cuyo maestro de la "política" fue Luís Paredes Moctezuma, y quizás debido a ello no distingue que una campaña política no puede empezar en una cancha de futbol para luego hacerla de reina de la primavera con caravanas por la ciudad? ¿Quizás otra política que cumpliera sea nuestra ex segundo lugar en el Miss Universo, doña Amanda Olivares? ¿Podría explicar Amanda Olivares cómo cumple con el deber ser de la política, saltando de regidora por el PRI a candidata a diputada con el PANAL, al lado de Ruiz Esparza?

 

La causa de que el encabezado de este análisis diga "un vacío por colmar", es aplicable a todo ese ejército de candidatos a presidentes municipales y diputados, cuya carencia de ciencia política, mantiene todo un vacío político en nuestro país.

 

Esto significa, pues, que si la Política es una ciencia, a quienes en primer lugar obliga ilustrar a la sociedad sobre el deber ser de esta función social, es justamente a las universidades públicas y privadas, por las cuales han estado desfilando los aspirantes, con puras ocurrencias, eso sí, plagadas de promesas que no justifican cómo las cumplirán.

 

Luego entonces, el subdesarrollo de nuestro país no es por carencia de recursos naturales y humanos. El subdesarrollo se explica a partir de toda una inversión y deformación de realidades básicas, que no sólo las universidades sino la educación misma deben resolver.

 

De poco o de nada sirven las calidades y excelencias certificadas que se ostentan, si nuestras máximas casas de estudios no son capaces de poner el dedo en la llaga para llenar los vacíos por colmar en política.

 

 
«La vanidad es la gloria de los pobres de espíritu»

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