martes, 12 de enero de 2010

Intolerancia entre afroamericanos y latinos

 

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

Enero / 2008

 

El conductor de un popular programa sensacionalista de una estación de radio de Los Ángeles gritó en el micrófono entre deleitado y furioso: "¡Ven, ellos también se odian entre sí!". "Ellos" y "entre sí" se refiere a los afroamericanos y los latinos. El grito fue fuerte, grosero y cumplía con la tarea por la que se les paga a los conductores de ese tipo de programa: causar conmoción. Pero no se trataba de las vociferaciones comunes.

 

El conductor despotricó y basó su perorata en una inquietante respuesta a una pregunta obtenida en una encuesta publicada hace unas semanas por New América Media (NAM). NAM es un consorcio de grupos de medios de comunicación étnicos en el Área de la Bahía de San Francisco.

 

En una encuesta de amplio alcance, se tomaron muestras de la opinión que las personas de raza negra, los latinos y los asiáticos tienen unos de otros.

 

La respuesta que provocó asombro fue que casi la mayoría de los latinos dijo que los afroamericanos eran propensos a cometer delitos y que temían por su seguridad cuando estaban cerca de ellos. Una leve mayoría de las personas de raza negra devolvió el cumplido de prejuicio negativo y dijo que los latinos le sacan los empleos a los negros y que buscan reducir su poder político.

 

Esa es la clase de afirmaciones que supuestamente escupen los intolerantes blancos. Sin embargo, ahora salen fácilmente de labios de afroamericanos y latinos. Esa revelación para el conductor del programa de radio y para muchos otros blancos simplemente confirma que los negros y los latinos también pueden ser intolerantes.

 

Lo más terrible es que tienen razón. También dice mucho sobre la imagen muchas veces distorsionada, confusa y conflictiva de las relaciones de razas y etnias en Estados Unidos.

 

Durante décadas, la intolerancia se definió siempre como discriminación racial y violencia de los blancos contra los negros.

 

El movimiento de poder negro y la enérgica militancia negra de la década de 1960 provocó cambios dramáticos. Ahora los blancos eran criticados por sus burlas raciales contra los negros. Con el tiempo eso se fue transformando y se convirtió en los negros sacando a relucir el tema de la raza cuando las cosas eran especialmente difíciles. Eso siempre quiso decir hacer sentir culpables a los blancos para obtener una ventaja. El punto es que los afroamericanos y los blancos eran los únicos que elaboraban estereotipos negativos viciosos e infames sobre el otro grupo y ahí se terminaba todo. La encuesta de NAM explotó de manera convincente la idea de que los negros y los blancos eran los únicos grupos que se miraban entre sí a través de lentes racistas deformantes.

 

Los negros, los latinos y los asiáticos pueden tener las mismas actitudes racistas y hostiles entre sí, y no tienen temor de manifestarlas. La primera señal de que las cosas no eran tan idílicas como parecían ser en las relaciones étnicas apareció en

2005 con el furor provocado por el comentario del entonces presidente mexicano Vicente Fox. En un discurso, Fox dijo que los mexicanos son trabajadores y están dispuestos a hacer trabajos que los negros no hacen. Eso desató una tormenta de protestas por parte de los líderes de los derechos civiles y de muchos afroamericanos.

 

Los principales grupos latinos de derechos civiles y el Comité Hispano comprendieron de inmediato el daño grave que el comentario podría causar a las frágiles relaciones entre los negros y los latinos y corrieron a acusar a Fox. Pero las denuncias y las demandas de disculpas no podían borrar las palabras de Fox o el sentimiento que se encontraba detrás de ellas. Muchos latinos de manera abierta, y muchos más en privado, probablemente estuvieran de acuerdo con Fox.

Insistieron en que los inmigrantes podían trabajar más duro, en trabajos más pesados y por menores salarios que los afroamericanos no estaban dispuestos a aceptar.

 

Algunos menos caritativos incluso aseguraron que las personas negras no harían esos trabajos porque eran haraganes y flojos.

 

Esa creencia, por supuesto, es grosera, falsa y racista. Pero reflejaba el gran problema de que las relaciones entre negros y latinos están plagadas de falsedades.

 

La insensibilidad étnica, de todas maneras, no es una calle en un solo sentido. En una respuesta a Fox por su comentario sobre la inmigración y los empleos, Al Sharpton también reflejó la idea distorsionada que muchos afroamericanos tienen de que los latinos son una amenaza económica: "Necesitamos enfrentar el hecho de que ha habido una tensión excesiva en los lugares en los que las personas han cruzado la frontera por salarios casi de esclavitud, compitiendo con latinos y negros". Sharpton dio vuelta completamente el punto de vista sobre el tema al describir la inmigración ilegal como un comercio de esclavos en el siglo XXI.

 

Eso sacó a relucir las imágenes negativas de hordas de mexicanos pobres y sin educación invadiendo Estados Unidos.

 

Los activistas latinos han librado una furiosa batalla durante años contra esa imagen, así como contra la representación de los latinos como haraganes, inmorales, propensos al delito, traficantes de droga, inmigrantes ilegales, trabajadores en empleos de servicio y madres con muchos hijos andrajosos. Esas imágenes constituyen estereotipos que la televisión y Hollywood han contribuido en gran medida a propagar.

 

La letanía común de estereotipos, mitos e ideas equivocadas que muchos afroamericanos y latinos ahora se lanzan entre sí de manera rutinaria, más tarde o más temprano terminará por abrirse camino a la fuerza y afectará negativamente la manera en que los negros y los latinos se ven unos a otros. En el peor escenario, el abismo de actitudes, percepciones y finalmente relaciones podría hacerse más grande en vez de disminuir entre los dos grupos. La encuesta de New America Media hizo énfasis en las creencias negativas y los sentimientos que los afroamericanos y los latinos tienen entre sí. Ofreció más pruebas de que las relaciones entre razas y la peor intolerancia racial ya no se pueden pintar solamente de blanco y negro.

 

 

«Por mi patria hablará la razón de la justicia»
 



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