jueves, 14 de enero de 2010

La perpetua inmadurez

Por: Antero Duks

Enero / 2008

 

 

Insisto hoy en el tema de la apertura comercial y el Tratado de Libre Comercio de México (TLC) con Estados Unidos y Canadá, pero ahora lo abordo desde el punto de vista histórico-analítico, porque en tanto la Historia no se estudie así, ni los seres humanos en general, ni México en específico, podrán entender por qué están como están, y por qué no están como debieran estar.

 

Desde este enfoque, trataré de evidenciar la sinrazón de grupos políticos como el de la Confederación Nacional Campesina (CNC), cuyo ex dirigente nacional, Heladio Ramírez López, esgrime –sin ningún sustento analítico de los hechos históricos– que incumplimientos en el TLC justifican una renegociación, y hasta se atreven a asegurar que el tratado ha sido nocivo para el país.

 

Para fundarlo, parto de un hecho científico histórico válido: como paciente del doctor Guillermo Ruiz Argüelles –orgullo científico de Puebla y de los mexicanos–, me tocó vivir en carne propia la importancia de lo que es la historia analítica. Y la llamo así, porque el historial clínico del que invariablemente parte este destacado poblano, es justo el enfoque científico del que se ocupa Erich Kahler en su obra ¿Qué es la historia?, en cuyo caso aborda el tema defendiendo el análisis de los hechos históricos.

 

Y lo hace también cuestionando los enfoques históricos del positivismo, del existencialismo, la escuela estadounidense de la antropología puramente descriptiva, y el nuevo criticismo, que de alguna forma incluye a la CNC y demás grupos políticos que no analizan los hechos en su contexto histórico, y por ello no saben o no quieren enterarse de que para comprender la realidad actual, hay que analizar los hechos, sus causas y efectos históricos.

 

Justifico entonces el título de mi tema de hoy, "La perpetua minoría de edad", que se aplica a quienes teniendo una edad cronológica de adulto joven, maduro o senil, su comportamiento, sin embargo –y más en específico su grado de madurez psicológica–, corresponde al de un menor de edad.

 

En principio, y desde el punto de vista meramente civil y jurídico, en México a la edad de 18 años, se supone que una persona adquirió ya la madurez y la solvencia económica, moral y psicológica necesarias para signar toda clase de contratos. Cuando esa edad no se cumple, el contrato no es válido, porque se da por hecho que el contratante no tenía la capacidad ni la condición para responsabilizarse de un acuerdo.

 

Pero la mejor forma de demostrar que cuando psíquica y moralmente una persona no madura o no se desarrolla, se aprecia de modo muy gráfico en el sustento del que la Iglesia Católica parte para analizar y determinar si un contrato matrimonial eclesiástico es o no válido.

 

En tales casos, con demasiada frecuencia se deduce que desgraciadamente, en efecto, la madurez no es únicamente cuestión de edad cronológica, sino de desarrollo ético y psicológico, y así, es lamentable que haya personas que a los cuarenta, cincuenta, sesenta años y más, no logren un desarrollo armónico –físico, psicológico y moral--, y por ello son incapaces de contratar con validez, y por ello también, cada que la Iglesia analiza casos matrimoniales así, se encuentra con que incluso a una edad senil, hay personas que por inmadurez, no contrataron con validez.

 

Bien, pues estas reflexiones sirven para demostrar cómo lamentablemente, ahora con el caso de la apertura comercial, de nueva cuenta, nuestros políticos están proyectando no sólo una inmadurez para contratar, sino incluso un infantilismo que ofende a la inteligencia, porque para argumentar la necesidad de revisar aspectos del TLC, parten de naderías como la siguiente que escribió el domingo pasado el ex dirigente nacional de la CNC, Heladio Ramírez López.

 

Dice lo siguiente en el suplemento "Enfoque" del periódico Reforma, el que también fue gobernador de Oaxaca, quien titula así su escrito: "TLCAN: las razones de la renegociación". Escribe: "A casi 15 años de su firma, el TLCAN en su capítulo agropecuario debe ser revisado para corroborar si ha cumplido sus objetivos de elevar las condiciones de vida de los habitantes del medio rural, crear oportunidades de empleo, hacer competitiva nuestra agricultura, proteger al medio ambiente, combatir la pobreza y aminorar la desigualdad en el mundo rural...".

 

Sólo en este párrafo Heladio Ramírez López incurre en gravísimos errores, y esto porque al comentar que "el TLCAN en su capítulo agropecuario debe ser revisado", el dirigente campesino admite que no lo ha revisado, y de inmediato la pregunta que por lógica se le debe formular es: si no lo ha revisado, entonces ¿contra qué protesta, o en qué funda "las razones de la renegociación"?

 

A todas luces se evidencia que el dirigente de la CNC no quiere o no es capaz de hacer un somero análisis histórico de lo que sucedió un año después de la firma del tratado –o sea, en 1994–, cuando facciones de su partido armaron el "zipizape" del levantamiento en Chiapas, y lo que sucedió en México tras los asesinatos de Luís Donaldo Colosio y el de José Francisco Ruiz Massieu.

 

No toma en cuenta Heladio Ramírez que sólo la confrontación al interior de su partido causó la quiebra de millones de empresas durante 1995, y mucho menos considera que si el entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, no hubiera tomado la decisión unilateral de darle a México el crédito de 50 mil millones de dólares, seguramente el desempleo que todo ello generó, habría quintuplicado la migración al vecino país.

 

¿Y todavía Heladio Ramírez se pregunta, habría que revisar si se han cumplido los objetivos del TLCAN? ¡Es para asombrarse!

 

Y es para asombrarse que algunos altos funcionarios estatales, aseguren por un lado que el TLC ha multiplicado las oportunidades para los ciudadanos de sus respectivos estados, otros, incluso dirigentes de la CNC en sus estados, salga con que el gobierno de Estados Unidos incumplió objetivos.

 

Más aún, frente al "debe ser revisado" –o sea, frente al "no he revisado nada"– de Heladio Ramírez, la Agencia Oficial de Estadística de Canadá informó el fin de la semana pasada –con números en la mano– que México ha logrado frente a Canadá un superávit mayor a los 11 mil millones de dólares, y entonces resulta vergonzoso que el ex gobernador de Oaxaca, todavía se cuestione si el TLC ha significado oportunidades para nuestro país.

 

Retomando el concepto de la inmadurez con que titulo este artículo, vale advertir que toda persona y toda nación que no desarrolle la capacidad de situarse en su contexto real, corre el peligro de ir de error en error, y si ni frente a ellos puede lograr aprender a ser realista, su problema corre el riesgo de retroceder todavía más, hasta regresar a un infantilismo.

 

Insisto: asombra que políticos del nivel de Heladio Ramírez López –porque fue gobernador de Oaxaca–, carezcan de la capacidad para hacer un somero análisis histórico, que explique por qué se está como está, y por qué no se está como se debería estar, que es el caso de México en función de lo que se comprometió a hacer internamente, para no salir ahora con un razonamiento de menor de edad, que por su inmadurez se le ocurre que así como así puede echarse para atrás.

 

Cuidado señores políticos, porque rezagarse en el contexto de la globalización –que implica competitividad y aprovechamiento de oportunidades, podría implicar que este país se limite a una nación de siervos de los demás, tal como bien lo señala el gran Aristóteles, a quien esperamos abordar en otra ocasión.

 

Por otra aparte, y como apunte final,  observo la inmadures de todos los actores que ahora reclaman la entrada en vigor del TLC en el ramo agropecuario, alzan la voz escandalosamente reclamando lo que no hicieron durante las discusión de del mismo y  después 14 años, no, se esperaron hasta el último día para hacerlo.  ¡Clásico de los mexicanos!  Para tapar el pozo con mucho comedimiento después de que el niño ya se ahogó somos especialistas.

 

 

«La vanidad es la gloria de los pobres de espíritu»

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