viernes, 9 de abril de 2010

Por favor, respeto para las adelitas


Enrique Galván-Duque Tamborrel
Mayo / 2008

 

Sin lugar a dudas y sin discusión, el brutal golpe que el 9 de abril les propinaron los "progresistas" a las cámaras legislativas ha sido criticado severamente por la mayoría de la sociedad. Lo mismo el que las hordas femeninas, con atuendos nuevos, arreadas para protestar, vociferar, amenazar y cercar los recintos legislativos, se denominen "adelitas".

También ha sido criticada la falsa asamblea informativa que presidiera el caudillo AMLO en el Zócalo el domingo 13 de abril, y la ridícula huelga de hambre, de un día, que hicieron 17 senadores y 29 diputados "progresistas" en el Senado y que, según ellos, cumplió su objetivo: defender los intereses de la nación y de la sociedad... ¡" 'Pa' su mecha" dijo la vela!  Hasta cuando AMLO se dará cuenta que, con su necio accionar, le está haciendo mucho daño a la patria que según dice ama mucho.  Se oye una voz emanada del suelo patrio: "Por favor no me ames tanto".

Millones de mexicanos están en permanente huelga de hambre obligada y nadie los reconoce como defensores de la patria. Ante tamaños escándalos y desorden, inútiles resultan los esfuerzos de los "progresistas" por explicar lo inexplicable y justificar lo injustificable, como es haber clausurado las funciones legislativas en su recinto, violado el respeto a las instituciones, negado el derecho a pensar diferente y alterar el orden de la metrópoli. Una agresión mortal y grosera a la democracia. ¿Cuánto le ha costado y costará, en dinero, este circo a la nación? ¡Eso sí, un vidrio no se ha roto!  A que les lleva la política dictatorial de AMLO de "aquí sólo mis chicharrones truenan".

Nada de lo hecho por AMLO y sus hordas, por la defensa del petróleo –crónica adelantada--  tiene razón ni sustento, porque no hay por parte del gobierno la intención de privatizar la industria petrolera, y mucho menos venderla a intereses extranjeros. Nunca nadie lo ha dicho privadamente, ni declarado públicamente, ni existe en la propuesta del Ejecutivo ni en texto alguno.

El asunto es de interés nacional, aunque en la realidad ni Pemex, ni el petróleo, ni sus utilidades sean de los mexicanos; el tema se discute en las banquetas, hogares, cafés, cantinas y abundantemente en los medios. Todos hablan. Lo mismo fanáticos del no, que expertos en la materia.

Pero sustantivamente el debate debe darse en las cámaras, pues son los senadores y diputados quienes tienen el deber y responsabilidad de elaborar los compromisos, obligaciones, leyes y facultades, bajo las cuales se desempeñará Pemex.

Pero nunca la violencia, alteración del orden y clausura, como de la que hicieron víctima a la Cámara de Senadores y de Diputados. Nunca, de ninguna forma, ya sea cobijándose en la historia, recurriendo al nacionalismo ramplón, o a todas las fantasías que sean capaces de crearse, podrá justificarse la barbarie.

AMLO y sus secuaces pretextan y exigen un debate nacional que está en todos lados... Es la función de las cámaras, casa del pueblo, ahí están representados todos los ciudadanos mexicanos y todas las entidades que forman la república.

La oposición, que existe, tiene cabida y es parte de todo régimen democrático. Tiene el derecho de proponer, opinar y disentir, pero no de imponer ni de descalificar. Menos de amenazar y peor de agredir, como los "progresistas" lo han hecho, con tamaña bestialidad e impunidad, que hasta quienes se deformaron política y socialmente en un régimen vertical, como los líderes camarales, Beltrones y Gamboa, se asombraron, casi espantados.

Las adelitas significan y son un suceso único e irrepetible que obedeció a diferentes factores, como opresión, pobreza, desigualdad, necesidad de libertad de expresión y voto libre, justicia, educación, posesión de la tierra, etcétera.

En 1910 estalló la revolución, y conforme pasaba el tiempo crecía la bola, como llamaron popularmente al movimiento armado. Pronto las mujeres siguieron a los hombres: madres, esposas, hijas, hermanas, y también solteras, respondiendo a su naturaleza y a su cariño, lealtad y solidaridad con sus hombres.

Silenciosas y decididas, discretas y valientes, desempeñaron por su propia voluntad diversas tareas que fueron de simple acompañante, a cocinera, remendona de ropa, cargadora de armas y municiones, mensajera, espía, telegrafista, enfermera, maestra, concubina, etcétera.

Nadie las convocó, ni reunió, ni acarreó, ni les pagó suma alguna. No fueron ni manipuladas ni engañadas. Caminaron, marcharon y corrieron junto a sus hombres o atrás de ellos, a pie, a lomo de mula o en ferrocarril, para morir, matar o salvar la vida, sin gritar, ni insultar ni amenazar.

Estas ejemplares y heroicas mujeres que de un motivo hicieron su verdad, son ejemplo de valor, heroísmo y de patriotismo, por lo que debe respetárseles y no usurpar su nombre y menos ponerlo al servicio de intereses de grupo o de ambiciones personales.

Esas adelitas que hoy son caricaturizadas, también fueron conocidas como valentinas, y al constitucionalizarse el Ejército, como juanas y guachas, a mucha honra.

Famoso y popular corrido dice: "Si mi Adelita se fuera con otro, la seguiría por tierra y por mar, si por mar en un buque de guerra, si por tierra en un tren militar...". ¿Qué corrido podría escribirse sobre las gritonas brigadistas –que no harán historia– que ensordecen el ambiente desde el 9 de abril y que amenazan con hacer el desorden más gordo y caótico?

Ojo: en el Zócalo, el caudillo bananero propuso para el debate invitar a expertos extranjeros y del Ejército Mexicano, para que éstos, además, opinen si la seguridad nacional se pone en riesgo al abrirse el sector.

De paso, acusó de deshonestos a los ministros de la SCJN por encubrir a políticos corruptos y a delincuentes de cuello blanco; como siempre, sin nombres ni pruebas. El 11 de abril, Ricardo Alemán, en su Itinerario Político, escribió:

"Todos sabemos que el responsable del discurso que disparó la 'resistencia civil', fue el senador Ricardo Monreal. Sí, el mismo que en 1997, en calidad de priísta, se negó a reconocer la mayoría de la oposición en la Cámara de Diputados, con lo que se desbancó la hegemonía del PRI en el congreso. ¿No es de risa que Monreal ahora se presente como adalid del diálogo y la democracia?".

En todo este rollo de hacer la guerra contra la reforma energética y contra la democracia, ¿se puede hablar de moral, ética y verdad? ¿Se puede ignorar que la mayoría de los ciudadanos está a favor de la reforma y de que la apruebe el Senado? No tiene la menor importancia. En la vorágine de la política, ¿qué papel juegan los supremos intereses de la nación y del pueblo? Ninguno.

Mientras la nación se agita por la reforma energética, en San Juan Copala, Oaxaca, pueblo de la comunidad Triqui, Felicitas Martínez Sánchez y Teresa Bautista Merino, de 22 y 24 años, fueron asesinadas, supuestamente, por caciques de la región, molestos por la labor social radio-informativa, que realizaban.

Pero, son indias, de una comunidad de indios. Los valles, la sierra y la montaña de Oaxaca son de una belleza impresionante y de una riqueza diversa y abundante y sus moradores son pobres, marginados, olvidados…   Y es el PRI el que ha gobernado sempiternamente al sufrido estado de Oaxaca.

 

 

 


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