miércoles, 3 de febrero de 2010

¡Salud hispanos!

 

Por: Querien Vangal

Febrero / 2008

 

Ceja Vineyards, de Napa, es una de las pocas productoras mexicanas de vino especialmente dedicado a acompañar los sabores latinoamericanos.

 

Ser la primera mexicana al frente de una productora de vinos es sin duda un gran honor para Amelia Ceja, de Ceja Vineyards, en Napa. Pero su mayor satisfacción es haber conseguido levantar un negocio familiar cada día más prestigioso en la misma zona a la que sus padres llegaron hace más de 40 años para trabajar como mano de obra inmigrante.

 

"Llegué aquí cuando tenía 12 años sin saber nada de inglés, y mucho menos de vinos", dice Ceja, cuyo futuro desde entonces quedó completamente vinculado a la región y a la industria vinícola.

 

Tanto su padre como el de su esposo, Pedro Ceja, actualmente copropietario y secretario de la compañía, formaron parte del programa "bracero" por muchos años antes de que ambas familias llegaran a conocerse en el Valle de Napa.

 

Su padre trabajaba como mecánico para uno de los fabricantes de vinos, su madre en los campos, y fue precisamente cultivando un viñedo como conoció a su esposo y a su cuñado, Armando Ceja, con los quedó sellado su destino en la industria del vino.

 

Ceja explica que aunque la reacción natural de sus padres fue estimularlos al estudio para que consiguieran una vida mejor, las circunstancias los empujaron a volver a trabajar la tierra, aunque esta vez como propietarios.

 

Así tras graduarse —en ingeniería y en historia y literatura, respectivamente— y haberse casado, Pedro y Amelia Ceja compraron lo que acabaría siendo su primer viñedo.

 

"No teníamos un centavo, pero en los 80 vimos un terreno en venta y decidimos adquirirlo", explica Ceja, refiriéndose a su plantación inicial de 15 acres en Carneros.

 

Pero el medio millón de dólares que les costó aquel pedazo de tierra, en unos tiempos en los que el préstamo que tuvieron que solicitar les fue concedido a un interés del 21%, se convirtió pronto en una pesada carga para la familia.

 

"Teníamos tres niños pequeños, mis suegros perdieron su empleo a la vez y nos vimos tan agobiados que pusimos el terreno en venta otra vez. Lo bueno fue que nadie lo compró", dice Ceja. Domain Chandon les proporcionó las plantas de la uva a partir de la que se elabora la variedad Pinot Noir, y en el 88 tuvieron su primera cosecha, de la que reservaron un 15% para fabricar sus propios vinos caseros, contando con la ayuda de Armando Ceja, entonces ya un graduado en enología y viticultura de la Universidad de California en Davis.

 

A partir de ahí todos los ingresos provenientes de la tierra fueron empleados en comprar terrenos adicionales hasta completar los 113 acres de los que los Ceja son actualmente propietarios. En 2001 la familia lanzó su propia marca en las 150 cajas de Pinot Noir y 250 de Merlot que por primera vez llevaron su nombre. "Nuestra filosofía era demostrar que el vino puede combinar perfectamente con los sabores tradicionales mexicanos y latinoamericanos", explica Ceja, indicando que ellos producen vinos con un nivel de alcohol de entre 12.3 y 13.8 grados en lugar de los 14.5 a 17 de muchos otros. "No cabe duda que hay una demanda creciente de vino para acompañar las variedades culinarias de la comida hispana y mexicana", comenta la conocida Chef Lala.

 

«EL RESPETO A LA LEY ENALTECE NUESTRO ESPÍRITU»
 
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