Enrique Galván-Duque Tamborrel
Agosto / 2008
Faltaban dos meses para la iniciación de los juegos olímpicos y China estaba viviendo momentos difíciles en algunas provincias. Tal parece que la naturaleza le quiso poner algunas pruebas, obviamente extra deportivas, al gigante asiático. Un millón 300 mil personas tuvieron que ser evacuadas en Sichuan, China, ante el peligro del desbordamiento del Lago Tangjiashan.
El nivel de este lago situado en la provincia de Sichuan estuvo en un tris de desbordarse. Las autoridades, que para ese entonces ya habían removido a 190 mil personas a zonas más altas en sus propias poblaciones, tenían que tomar todas las prevenciones necesarias.
Lo notorio del caso es la unidad que han demostrado Gobierno, Ejército y Sociedad civil. Expresó un evacuado: "El Gobierno y el Ejército trabajan sobre el problema y no dejarán reventar el lago. No estoy preocupado sobre mi casa".
Los accesos al lago están interrumpidos a causa de la devastación del temblor del 12 de mayo anterior. Sólo se transportó al personal de ayuda y materiales de rescate por medio de helicópteros.
Todo esto en respuesta a las recomendaciones de las brigadas internacionales que consideraron que se debía de prever medidas para mayores catástrofes.
Tony Redmond, profesor de Medicina Internacional y de Emergencia de la Universidad de Manchester, dijo en esos días: "se necesita responder a gran escala a este desastre y planear lo que podría ser un desastre aún más grande, con toda el agua que está aumentando, las inundaciones y un eventual temblor en las zonas de los lagos".
Durante una semana se llevaron a cabo simulacros para evacuar a los pobladores en un lapso de 4 horas. Al menos 35 lagos se formaron a causa del bloqueo de los ríos por las avalanchas durante el terremoto. El gobierno de china ha lanzó un plan para remover los escombros y poder drenar el agua, transportando cavadores mecánicos en helicópteros militares. Para las tareas ha destinado 93 millones de euros.
Mientras tanto, la ayuda internacional siguió llegando a las víctimas del terremoto y los preparativos para la celebración de los juegos olímpicos continuaron sin mermar un ápice. El equipo de ayuda de Alemania manifestó que estaban muy contentos, porque mucha de la ayuda que ofrecieron ha llegado a las regiones afectadas.
Miles de damnificados permanecían sin techo en las calles. El gobierno de Alemania envió equipos de apoyo y cargamentos de viviendas provisionales. Cada vuelo contenía aproximadamente 2 mil tiendas de campaña para los damnificados.
Además de la alerta del desbordamiento del Lago Tangjiashan, 69 presas en la provincia de Sichuan quedaron agrietadas por el temblor y sus réplicas, mismas que podrían reventar en cualquier momento con la temporada de lluvias.
Lo admirable de toda esta tragedia que vivió, y sigue viviendo, el pueblo chino, es el estoicismo con que lo ha soportado. Además es maravilloso el ambiente que los mismos chinos, a pesar de los pesares, brindó a todos los visitantes, deportistas y turistas, que estuvieron en su país durante las olimpiadas, las cuales por cierto resultaron un ejemplo de organización y brillantes.
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