lunes, 12 de julio de 2010

Nuestra riqueza lingüística.

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Sept. / 2008

 

Todos hemos aprendido y dicho mexicanismos a lo largo de nuestra vida. Vendedores ambulantes, obreros, amas de casa, incluso el escritor más reconocido ha enriquecido su lenguaje con estos términos.

Gonzalo Celorio, de la Academia Mexicana de la Lengua, dijo: "los mexicanismos es el término que se utiliza para referirse a aquellas voces, aquellas acepciones que son generales en México, y que no son generales en otras naciones".

Guajolote, cuate, talacha, igualado, híjole, chela, carnal, son palabras, en principio, exclusivas de los mexicanos.

De Guido Gómez de Silva, académico de la Academia Mexicana de la Lengua, expresó: "hay que estar bastante contentos de que tenemos palabras propias".

Los mexicanismos no son vocablos de antaño. Están presentes en las nuevas generaciones con términos como "Chido" y frases como ¡Qué padre!

Estas palabras nos permiten diferenciarnos de los otros pueblos hispanohablantes. Nos dan identidad y son una fuente importante de nuestra riqueza lingüística. Su recopilación en papel la iniciaron cronistas y frailes en 1761.

"Bueno como mexicanismos yo creo que empieza del siglo pasado, hay un gran significado de mexicanismos, de Santa María que es quizás la primer obra importante que registra las voces populares del habla de México y trata de definirlos", manifestó Gonzalo Celorio.

De acuerdo con la Academia Mexicana de la Lengua, existen alrededor de 77 mil mexicanismos de los cuales sólo seis mil se utilizan de manera continua. Una de ellas es la palabra " chocolate" que exportamos a otros idiomas.

"La palabra "chocolate es un mexicanismo histórico, que aquí nació pero se ha difundido en todo el mundo, en otro idioma ¿cómo se dice chocolate?, pues se dice más o menos igual, en inglés se dice chocolate, en francés chocolat", explicó De Guido Gómez de Silva.

Los mexicanismos nacen de dos ramas: la lengua indígena y la española. De la indígena provienen palabras como metate, aguacate, paliacate y mecate. De la lengua española proceden términos que se emplean en otros países hispanohablantes, pero que en México tienen un significado distinto. Es el caso de los vocablos "estacionar" o "afinar".

"En México decimos estacionar, estacionarse los coches, en España se dice aparcar", apuntó Luz Hernández, investigadora del Colegio de México.

"Por ejemplo, a los españoles les hace mucha gracia que nosotros llevamos a afinar un coche, ¿Cómo afinar un coche?, ellos afinan un piano, pero afinar un coche es como para un instrumento musical", indicó Gonzalo Celorio.

A pesar de que los mexicanismos nos dan identidad, actualmente muchos están desapareciendo poco a poco debido a la incorporación de palabras extranjeras, sobre todo anglicismos.

"Por ejemplo yo creo que el lunch se ha extendido y ya se habla muy poco de itacate, sobre todo en la zonas urbanas", destacó Luz Hernández.

Sin embargo, los expertos afirman que el español es un lenguaje vivo que está en constante renovación.

"Pero hay muchas voces que empiezan como una expresión popular y que van abriendo camino y se van consolidando y se quedan de manera permanente en la lengua e indudablemente hay que incorporarla", expuso Celorio.

En el mundo más de 400 millones de personas hablan español. México es el país que tiene más hispanohablantes y el que más palabras propias genera.

 

 



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