Enrique Galván-Duque Tamborrel
Sept. / 2008
Quien teme al trabajo y lento cesa,
el premio de la gloria en vano abraza.
Desde el pasado 13 de agosto, los 23 mil trabajadores de la educación que laboran en Morelos se declararon en paro laboral en defensa de sus derechos constitucionales y profesionales… claro que se les olvida el también derecho constitucional de los niños a la educación.
La preocupación que han expresado los maestros con respecto al examen de oposición para la asignación de plazas, es que "se presta a la designación de maestros de manera discrecional, por parte de los líderes del SNTE y del propio gobierno". Además, el punto de inconformidad se da en torno a la imposibilidad de heredar las plazas a familiares en línea directa.
Total que cuando no es una cosa es otra, real o ficticia, el caso es holgazanear y traicionar a su ética profesional –que seguramente deben tener a menos que ya la hayan eliminado-- y a todo un pueblo que en ellos confían y sobre todo a los más sagrado que posee que son sus niños.
Una madre de familia, desesperada por ver que sus hijos esperan en vano poder ir a la escuela, con avidez notoria aprender, angustiosa gritaba: "Maestro, eres importante. México te necesita, los niños te necesitan, todos te necesitamos".
Yo me adhiero a ese llamado y les digo a los maestros que lo menos que pueden hacer es responder a este llamado, prepararte todos los días para ser mejor, estudiar, entender que la docencia no es sólo una profesión, sino una vocación, y que la vocación no se hereda ni se vende, que la vocación no es un derecho sino, en todo caso, una obligación contigo mismo y con la sociedad. Además, que la profesión de maestro es, si no la más digna, si indiscutiblemente de las más dignas, que no la ensucien, que no la traicionen. Ninguna actividad sistematizada y repetida influye en la psicología y luego en la vida entera tan hondamente como la rutina de enseñar, no traicionen al pueblo mexicano que espera de ustedes el cumplimiento cabal de esa sagrada responsabilidad.
¡A trabajar maestros!, cumplan con su deber. No traicionen a los niños y jóvenes de nuestra patria. ¡NO TRAICIONEN A LA PATRIA MEXICANA!
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