lunes, 12 de julio de 2010

Delincuencia en Los Ángeles

 

Enrique Galván-Duque

Sept./2008

 

La situación 'es mejor que antes', pero la violencia se ha incrementado; delitos que se perseguían hace tres años, siguen vigentes a la luz del día.

 

En 2005 las autoridades anunciaron que sabían dónde y cómo operaba la falsificación de documentos en el área del parque MacArthur. Colocaron videocámaras en el perímetro del parque, intensificaron la presencia policiaca y ayudaron a establecer consejos vecinales. Anunciaron públicamente que habían llegado días mejores al histórico parque, y que éste sería ahora escenario de juegos infantiles y de reposo para familias.

Sin embargo, la venta de drogas, documentos falsos y crímenes relacionados con las pandillas, no han desaparecido. Continúan, sólo que ahora, son a la luz del día."Lo que pasa es que siempre que sucede algún delito la policía viene, hace un operativo y los delincuentes desaparecen por un rato, pero en unos meses los problemas vuelven a surgir porque los policías vuelven a desaparecer", expresa Juan, vendedor ambulante.

¿Qué ha sucedido con las buenas intenciones? El sargento Michael Mattox de la estación Rampart explica que los recursos hoy son limitados. Pero hace varios años el parque MacArthur fue el objetivo de una limpieza general de delincuencia porque la violencia y drogadicción habían alcanzado allí niveles insoportables.

Durante ese tiempo se instaló más alumbrado y las cámaras de video; se alejó del lugar a todos los indigentes, enviándolos a otras zonas de la ciudad; se rechazó la presencia de pandilleros y se estableció una política estricta y enérgica por parte de la ciudad y la policía contra los vendedores ambulantes que tanto abundan en las banquetas alrededor del parque.

Lo dicho: el cambio logrado por esas medidas fue tan rotundo que los funcionarios y autoridades anunciaron la recuperación del parque e invitaron a familias a visitarlo. Pero el descanso duró poco.

"Lo que hacemos es enfocarnos en un problema hasta reducirlo, y de ahí seguimos a otra área", expresó Mattox.

"Desafortunadamente, mientras estamos enfocados en una zona específica, la violencia surge con fuerza en otros lados".

En septiembre del año pasado, Luis Ángel García, un bebé de 23 días de edad, fue asesinado en la calle Alvarado, supuestamente en relación con la extorsión que sufrían los vendedores ambulantes a manos de los pandilleros.

Inmediatamente las autoridades iniciaron un despliegue de personal e incrementaron la presencia de las fuerzas del orden en las calles; esto mantuvo la tranquilidad por un tiempo.

Pero la semana pasada, transcurridos casi cinco meses de la tragedia, un grupo de pandilleros intentó extorsionar a los vendedores una vez más, a unos pasos donde asesinaron al niño.

Un recorrido por el Parque MacArthur indica que muchas de las cámaras no funcionan y que aunque en menor cuantía, los mismos delitos que se perseguían hace tres años siguen sucediendo a plena luz del día. Lo peor: hay nerviosismo por parte de los vendedores respecto a la extorsión.

En su más reciente informe, William Bratton, jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), admitió que en el último año los homicidios, robos y violaciones se incrementaron de 144 a 173 por mes en la división Rampart, que además del parque comprende el área de Pico Union y Westlake.Ed Reyes, quien representa el área en el concejo municipal de Los Ángeles, insiste en el optimismo. En pocos meses, explica, se inaugurará la primera estación de policía ubicada dentro de los límites del distrito y se instalarán nuevas cámaras en zonas estratégicas para controlar mejor las áreas de mayor incidencia de crimen. Respecto a aquellas  videocámaras instaladas hace tres años y que ahora no funcionan, dice que anteriormente no se había considerado el tema de su mantenimiento. Pero con las nuevas cámaras el problema se soluciona.

"Sabíamos que al limpiar el parque, el crimen se iba a ir a los vecindarios. Esperamos que con la apertura de la estación se reduzcan los índices delictivos en las calles", expresa Reyes.

El peso del crimen no se reparte equitativamente: algunas comunidades, como las de inmigrantes salvadoreños, guatemaltecos y hondureños, sufren más.

MacArthur Park y Pico Union, conocidos como una puerta de entrada al inmigrante, se encuentran en el Distrito 1. El 76% de su población habla español y es de origen centroamericano.

Para Francisco Rivera, quien preside la Mesa Redonda Nacional Centroamericana la solución del problema del crimen es prevenirlo, en lugar solamente de reaccionar ante el problema.

Acota sin embargo que la seguridad ha mejorado comparado con lo que imperaba hace unos años. Hay que invertir más en programas y actividades para la juventud y la familia, pide. "Sabemos que hay voluntad para minimizar la violencia por parte de las autoridades, pero en este renglón se requiere la participación de todos en una forma activa, incluyendo la comunidad y a los líderes de la ciudad", dice Rivera.

Y la violencia no es todo, expresa el activista comunitario. Hay que reconocer el espíritu de lucha de los pobladores de la zona del parque, su trabajo y el comercio que generan y del que se benefician. "Es una comunidad llena de vida que requiere un desarrollo en todos los aspectos, sin enfocarse simplemente en lo negativo".

 



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