domingo, 28 de marzo de 2010

Retenes carreteros

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel
abril / 2008

 

La lucha contra el narcotráfico, que no contra la drogadicción, es cada vez más incomprensible y errática en México. Francamente antimexicana.  Tenemos dos problemas bien diferentes en cuanto el consumo de droga en México. Uno, de la droga que se produce en el país; y otro muy diferente, la que se importa y va destinada al mayor consumidor mundial en el exterior. Y así, la lucha contra el narcotráfico en México debiera tener también soluciones diferentes.

El diseño de esta lucha debiera basarse en consideraciones que llevan a resultados diferentes. Primero, definir con claridad si lo que queremos es, en primer término, el beneficio de la sociedad mexicana, o si lo que se busca es beneficiar a los intereses de los Estados Unidos.

El diseño de la estrategia de nuestro gobierno tiene que definirse en esos términos, y no como es, atendiendo principalmente el interés del gobierno norteamericano.

La cocaína suramericana es la manzana de la discordia. El tener geográficamente la vecindad con los EU nos ha hecho, según los norteamericanos, responsables del imparable consumo de esta droga por la sociedad estadounidense. México tiene, según ellos, la responsabilidad y obligación de parar el flujo de droga en nuestro territorio, droga que es prácticamente succionada por el gigantesco consumo norteamericano. ¡Nuestro pecado es, pues, geográfico! El gobierno norteamericano, centrando toda la atención en sus declaraciones y a través de los medios masivos de comunicación en el tráfico de la droga, es decir, el transportarla o moverla de un lugar a otro, saca fuera de su territorio y por lo tanto de su responsabilidad, la drogadicción, como si transportarla fuera lo que envenena a su sociedad. Para ellos lo más cómodo es situar el problema afuera. Por eso, por 20 veces que escuchamos la palabra "tráfico", sólo una vez escuchamos "¡consumo!".

En forma congruente con esa falsa interpretación del problema, han aparecido los puestos de revisión militar y de otros tipos en carreteras. Bueno, en territorio mexicano, porque usted se puede pasear por el inmenso territorio norteamericano y nunca se encontrará con algo parecido, ni le irá tan mal como en su mismo país. Los retenes son lo que hace del mexicano un extranjero en su propio país. En ninguna parte del mundo, siendo extranjeros, te tratan como en los retenes militares carreteros. Tienen alto costo millonario en lo económico, y lo que es peor, en la autoestima del mexicano. Son enemigos de la economía del país, la causa de frustración y pérdida de tiempo.

Los esfuerzos de México para frenar el consumo de la cocaína debieran estar centrados en evitar que esta entre y permanezca en nuestro territorio, y no, como se hace, en taponar la salida en los retenes, que provoca que esta quede, por diferentes razones, dentro de nuestro territorio, envenenando nuestro cuerpo social. Es obvio que cocaína que entra a México, no regresa, sino que facilita y da oportunidad a que se consuma por los mexicanos a precios relativamente bajos, y para quienes no estaba destinada la droga. Los retenes tienen la virtud, para los norteamericanos, de cambiar el destinatario de la droga. Iba para el norteamericano, y el reten la convierte en droga para el mexicano. El incremento en el consumo del mexicano se debe en gran parte a esta equivocada estrategia de lucha contra el narcotráfico.

Para nuestra desgracia, los retenes funcionan como si fueran provisionales, cuando algunos en el norte del país tienen más de quince años entorpeciendo y  molestando con largas colas que duran comúnmente hasta 10 horas, en el caso de los camiones de carga. Frecuentemente se ven colas de más de cinco kilómetros sobre la carretera. La pérdida económica es superior a cualquier costo de una estación de revisión bien diseñada y con la tecnología adecuada para hacer esta revisión una parada única de no más de 15 minutos. Nada muestra mejor la torpeza de nuestros gobiernos al no poder solucionar en tantos años este problema. Y nada muestra mejor la dejadez de nosotros los mexicanos.

 

 

 



No hay comentarios:

Publicar un comentario