lunes, 28 de junio de 2010

Versos inéditos, recuperados y complementados por Antero Duks

 

 

El alma dormita

 

 

El alma dormita
y sueña que al alba
no estará sola,
sueña que sueña
lejos de sí misma,
atraviesa la noche
en contemplación estática.
En silencio se enreda
en su propio silencio y
gira, suave, lenta,
alrededor de la flor
de pétalos presentidos.
En el viento, ingrávida
se desliza, se abraza
a su propia levedad
mecida en el vientre de una noche
que se ignora a sí misma.
Afanosa asciende, se eleva
a un horizonte sin márgenes,
el camino es la invención del sueño
que en su andar tropieza con sueños
de otros sueños que se sueñan a sí mismos.
El alma se despierta al alba,
escucha su silencio,
se envuelve en su liviandad
y gozosa sabe que está sola.
.


 

 

 

Tormenta

 

 

Llueve generosamente

Sobre ciruela pasa corazón
aislado
por lengua húmeda
que toda huella lame
hasta dejar sin eco
los latidos.

 

Llueve tan generosamente
que un capelo de blandura
envuelve todo
en lozanía.

 

Bajo el caudal
sería capaz
de hinchar su ajada piel en fruto
de agridulce sabor
en carne vida.

 

Llueve hasta humedecer
más allá de la piel y la carne
la intacta semilla.


Los ojos

 

Me pesarán tus ojos
de aquí hasta la muerte.
La culpa ha sido mía:
yo no debí mirarlos.

 

Creo que cabe mi vida
en la esférica tristeza de tus ojos
que parecen de siempre estar mirando
tras la lluvia en el cristal de una ventana
otra lluvia, ya borrada.  Otra lluvia.

 

Que silenciosamente cabe un mundo en esos ojos
y me pregunto donde terminan,
cual es la orilla oscura del relámpago que guardan.
Que antiguamente caen estrellas

Al fondo de esos ojos,
qué justicia o qué barbarie o qué secreto
les dio tal vez la ingobernable luz del cielo.

 

Ahora que la noche será mi enorme casa
voy a llevar tus ojos oscuramente míos.
Con ellos, la luz será un recuerdo
íntimo y sencillo.

 

Quiero llegar a ellos sin peso, vaga forma

Detenido un instante
en la amorosa memoria de su fuego,
sólo para hablar de ti,
para volver a estar en ti, contigo,
en esa última razón
de mi que son tus ojos.

 


Canción del ahogado

 

Bajo el mar,
en el zigzag de los cardúmenes,
vi un árbol de espejos sueltos dispersando ráfagas de plata.

 

En los fantasmas de coral reconocí
la sangre más superflua,
la sangre ausente de la ausencia,
la naturaleza esqueletal de todo intento
y toda la nada que no es mar.
Toda la nada.

 

La leve cópula de las estrellas
me recordó una mano, para siempre fugaz,
latiendo dentro de mi mando.

 

Y el silencio me hizo entender la inutilidad de las palabras.

 

Probé la tierna carne de los peces secretos,
que leyeron en mi lengua su destino de Jonás,
para que todas mis vísceras
asumieran la armadura de la escama.
Y ya no dolía nada.

 

En medio de mi oscuridad
las medusas danzaron la escarcha de sus lámparas.
Vi la mano de Dios
deslizándose secreta como un calamar gigante.

 

Y no quise volver.

 

 

 

 



Temas sociopolíticos

 

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

Agosto / 2008

 

 

La discriminación va contra la persona

 

Es innegable la individualidad de cada ser humano, tenemos una presencia cuyos límites son evidentes para nosotros mismos y para los demás. Además, nuestra riqueza incluye la pertenencia fraterna a la especie humana. De esto último hay evidencia pues nos asemejamos a las demás personas, pero, hay un aspecto profundo, a veces poco explorado y, por eso, desconocido, se trata de la unidad de la especie: nos necesitamos profundamente unos a otros, y nos enriquecemos gracias a las diferencias. Esto parece algo bello, producto de un momento de benevolencia hacia los demás, algo así como recitar una poesía propia de un sueño, imposible en la realidad.

 

Conviene ir por partes y reflexionar sobre algunas experiencias personales y grupales. Respecto a lo personal, todos hemos sentido la necesidad de aislarnos para descansar; para ordenar no sólo lo material sino también para detectar qué nos sucede y por qué son así nuestros sentimientos, nuestros pensamientos o nuestros cariños, por qué nos inclinamos a ciertas preferencias antes no detectadas; cuáles metas perseguimos; cómo nos vemos en el futuro; qué nos gusta y qué nos disgusta..., en fin,

estamos en soledad pero sorprendámonos, nuestros pensamientos se conjugan en plural.

 

Como tenemos límites, nuestro plural por amplio que parezca, siempre es reducido. Aún siendo muy sociables no podemos tratar a todos o por falta de tiempo, por haber hecho compromisos previos y, sobre todo, por una tendencia natural a elegir, no todas las personas nos resultan igualmente atractivas y, desgraciadamente muchas nos pasan inadvertidas, nos inhiben o nos resultan antipáticas y las rechazamos.

 

En lo grupal se dan conductas semejantes a las personales, hay temporadas donde se promueve la inserción de otras personas para abrirnos a nuevos campos de relación, para tener otros enfoques porque se siente la necesidad de contar con puntos de vista variados y salir de lo reiterativo. Hay otros momentos en donde se quiere revisar los fines del grupo y comprobar si realmente se están logrando. Si el resultado es negativo solamente están los miembros fundadores para definir los medios necesarios para conseguir los propósitos, entonces no se requieren otras personas, son momentos de reserva hasta no asegurar el rumbo. Pero, tanto en los momentos de apertura como en

los contrarios suelen aparecer tendencias selectivas y, cuando son viscerales resultan discriminatorias.

 

Sin embargo, cuando hablamos de discriminación, generalmente pensamos en las pugnas y recelos entre los pueblos, en las injusticias ante el modo de disfrutar los bienes de la tierra, por ejemplo, no dar visas a personas de un determinado país, o con escaso poder económico, o de una determinada religión. Se culpa a los gobiernos de semejantes injusticias y somos capaces de discutir muchas horas sobre el tema y proponer, en conversaciones de sobremesa, un sin número de soluciones. Para el terreno macro, que no corresponde a nuestras responsabilidades, inventamos muchos planes y, también, nos ensañamos en las críticas. Y, no somos capaces de aplicar esos proyectos a lo micro, a lo que sí nos corresponden. La manera común de reaccionar ante las grandes discriminaciones nos enseña que, en lo profundo de nuestra conciencia, todos nos damos cuenta de la perversidad de cualquier tipo de exclusión, aunque en la práctica muchas veces fallemos en este punto.

 

Discriminar es dar trato de inferioridad a una persona o a una colectividad por motivos raciales, políticos, religiosos, etcétera. De ahí que la discriminación segrega externamente, pero, la raíz de esa actitud está en el corazón de la persona, y cuando alguien discrimina ella se hace a sí misma una discriminada, porque se considera distinta y se enquista. En el fondo está desubicada pues reniega de su pertenencia a la familia humana, pretende de manera equívoca salvaguardar su dignidad y lo que realmente logra es confundirse con tal disposición.

 

Al discriminar nos estamos mutilando porque descartamos de manera absoluta a otra persona, le negamos cualquier género de bondad. Esto se debe a una manera muy injusta de ver a los semejantes, pues sólo nos fijamos en las limitaciones naturales, inseparables de cada uno, y las agrandamos, de esta manera, todo es limitación, y como no concedemos ninguna cualidad nos excluimos de su ayuda.

 

Hay muchos tipos de discriminación. En la escuela, cuando se juzga a un compañero de clase de incompetente, porque por una única vez, no preparó bien su tarea. En la familia, cuando por algunos rasgos hereditarios se descarta la viabilidad de un embarazo; con este criterio Beethoven no hubiera nacido, y sin embargo, tal vez se le ha negado la vida a quien ya hubiera descubierto el tratamiento definitivo contra el cáncer. En el trabajo, cuando se niega una plaza a alguien responsable y trabajador sólo por su timidez. En la vida de relación, cuando preferimos a quien usa ropa de marca y rechazamos a quien no la usa aunque sea leal y honesto.

 

La actitud antidiscriminatoria, con la cual nos enriquecemos, consiste en abrirnos a la diversidad, con auténtico respeto y con la seguridad de que de todos podemos aprender. Podemos asemejar a la familia humana con el cuerpo. Este consta de variados órganos, todos distintos y cada uno con su propia función, también distinta, pero benéfica para los demás. La humanidad cuenta con variadísimas personas, todas distintas, todas con su respectiva misión, pero todas en colaboración solidaria prestan un servicio indudable a las demás. El poeta pone letra a la melodía del músico; el médico logra la salud del enfermo; la madre vigila los primeros pasos de su hijo; el comunicador facilita la información y acentúa lo importante; el técnico pone a funcionar los aparatos...

 

Ahora que el mundo está mejor interconectado, las posibilidades de ayuda son enormes pues se han rebasado las fronteras, el espacio y el tiempo. Ojalá que con este futuro no nos encarcelemos ni encarcelemos a nadie.

 

Matrimonio ¿homosexual?

 

Lionel Jospin (ex primer ministro de Francia) declaro:

 

«En el momento de entablarse un debate público y político sobre el matrimonio homosexual -que lleva aparejada la cuestión de la adopción de niños-, deseo compartir con ustedes dos reflexiones. La primera se refiere a una auténtica libertad para debatir las cuestiones.

Porque hay que tener en cuenta que los tabúes, en todo caso en el seno de la izquierda, no se hallan tal vez donde se piensa.

Observo que se está esbozando una nueva tentación bienpensante, e incluso el temor de verse tachado de homófobo, que podrían impedirnos la conducción irreprochable y razonable del debate. Porque, pese a todo, es perfectamente factible reprobar y combatir la homofobia sin dejar de ser contrario al matrimonio homosexual, como es mi caso.

Mi postura -no tengo que reiterarlo- se acompaña de un total respeto a las decisiones concernientes a la vida amorosa y sexual de cada persona. Ahora bien, y dado que se habla de leyes, juzgo que el legislador, sin dejar de prestar atención a los deseos y aspiraciones -a menudo contradictorios- de los individuos, debe perseguir el interés de la sociedad en su conjunto. Por esta razón, es menester que el debate se desenvuelva sin incurrir en la intimidación ni la apelación a un "orden moral", se trate del que se trate.

Ello me lleva a proceder a una segunda reflexión que se refiere a una dimensión que se suele desatender: el sentido y la importancia de las instituciones.

 

En efecto, en el debate que se ha entablado oigo hablar de deseos y aspiraciones, de rechazo de las discriminaciones, de derecho al niño -siendo así que debería anteponerse el derecho del niño- y de igualdad de derechos, como si el principio de igualdad de derechos debiera suprimir todas las diferencias. Sin embargo, he oído hablar escasamente de instituciones, pese a que se trata de la cuestión esencial.

Vivimos en una época en la que de forma permanente se subraya la crisis de las instituciones -el Estado, la escuela, las iglesias, la familia- y la pérdida de los puntos de referencia que ello plausiblemente comporta.

De hecho, la creación de las instituciones obedece a la necesidad de cimentar y reforzar las sociedades humanas. Se las puede defender, se las puede combatir -lo que constituye asimismo una forma de auto-estructurarse-, se las puede reformar. En cualquier caso, no creo que sea procedente negar su sentido y significación. El matrimonio es -en su origen y en tanto que institución- "la unión de un hombre y una mujer".

Esta definición no obedece al azar. No remite, en primer lugar, a una inclinación sexual, sino a la dualidad de sexos que caracteriza nuestra existencia y que constituye la condición de la procreación y, en consecuencia, de la continuación de la humanidad. Por esta razón, la filiación de un niño se ha establecido siempre con relación a los dos sexos.

El género humano no se divide entre heterosexuales y homosexuales -en tal caso cabría consignar aquí una preferencia-, sino entre hombres y mujeres. En lo concerniente al niño, no se trata de un bien que pueda procurarse una pareja heterosexual u homosexual; es una persona nacida de la unión -sea cual fuere su modalidad- de un hombre y una mujer.

Y a esta realidad remiten el matrimonio y, asimismo, la adopción. El celibato, el concubinato y, en lo sucesivo, el pacto civil de solidaridad (PACS) -que mi Gobierno aprobó- pueden preferirse a los caracteres propios del matrimonio. Puede respetarse la preferencia amorosa de cada cual, sin de forma automática institucionalizar las costumbres. »

 

Discapacidad, todos los derechos... menos el primero.

 

El pasado diciembre la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad. Desde 1975 existía una Declaración de Derechos de 13 artículos, que cabía en dos páginas. La nueva tiene 50 artículos mucho más largos y complejos, destinados a prevenir toda discriminación negativa respecto al trabajo, salud, educación, acceso a la justicia, intimidad...

 

La idea directriz de la Convención es clara: "El objetivo de esta Convención es promover, proteger y garantizar el completo e igual disfrute de todos los derechos humanos y de las libertades fundamentales a todas las personas con discapacidad, y promover el respeto de su inherente dignidad" (art. 1). La discapacidad puede ser de origen físico, mental, intelectual o debido a problemas sensoriales, con lo que nadie queda excluido.

 

Dentro de los múltiples derechos que la Convención reconoce, el más básico y expresado con más claridad es el derecho a la vida: "Los Estados partes reafirman que cada ser humano tiene un derecho inherente a la vida y tomarán todas las medidas necesarias para garantizar que las personas con discapacidad puedan gozar de él efectivamente en los mismos términos que los demás" (art. 10).

 

Hay que felicitarse por esta creciente sensibilidad hacia los derechos de los discapacitados. Pero también hay que preguntarse si esta declaración de derechos es compatible con la mentalidad eugenésica que está llevando a privar del derecho a la vida a los discapacitados que se detectan en el seno materno. Cada vez más, el diagnóstico prenatal se utiliza por los padres como una criba para evitar que un ser humano con discapacidad llegue a ver la luz.

 

Un caso patente es la detección y eliminación de forma casi sistemática de los fetos con síndrome de Down o trisomía 21. En estos días se ha publicado en Francia un estudio de la dirección general del INSERM sobre el diagnóstico prenatal del síndrome de Down. "En general, Francia se caracteriza en relación con otros países por un política de detección muy activa de las anomalías congénitas", dice el informe. Tan activa que, en el caso de la trisomía 21, ese análisis se propuso a 630.000 mujeres para un total de 750.000 nacimientos. A partir de los resultados de esos análisis, se realizaron 36.000 amniocentesis, diagnóstico –no exento de peligros para el feto– que permite detectar la trisomía 21. Como no hay un registro nacional, no se sabe cuántos fetos afectados fueron eliminados.

 

Pero el estudio de los investigadores del INSERM se basa en los datos del registro parisino de malformaciones congénitas y sobre los 1.433 casos de nacidos con síndrome de Down registrados en un periodo de veinte años (1983-2002). Los investigadores han encontrado que estos nacimientos son dos veces más elevados en las mujeres sin profesión que en las mujeres de categorías profesionales superiores. Y concluyen que habría que evitar estas diferencias "sustanciales" que "resultan a menudo de una falta de información y de barreras de acceso al diagnóstico". Así que dan por supuesto que solo la ignorancia o la precariedad económica les ha impedido ejercer su derecho al control de calidad de su descendencia. Ese chico entrañable con síndrome de Down que el cine francés retrató en "El octavo día", tendría mucha probabilidad de no ser hoy aceptado en la frontera eugenésica.

 

Pero hay quien sabe y puede, y sin embargo acepta al hijo en camino. El estudio pone de relieve que, como media, el 5,5% de las mujeres que saben que esperan un hijo con síndrome de Down deciden llevar a término su embarazo. Ese porcentaje sube al 11% en el caso de las mujeres no empleadas y se sitúa en el 15-21% entre las mujeres de origen africano.

 

¿No será que la diferencia sustancial estriba en el valor que los distintos tipos de madres atribuyen a toda vida humana, también a la de los discapacitados? La nueva Convención de Naciones Unidas reconoce a los discapacitados, entre otros derechos sanitarios, el acceso a los servicios de "salud reproductiva", que en muchos países incluyen también el aborto. Y es irónico que una Convención destinada a proteger a los discapacitados incluya también unos servicios que acaban sirviendo para negar el derecho a la vida de las personas discapacitadas aún no nacidas.



Sin querer queriendo

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Agosto / 2008

  

La iniciativa para modernizar PEMEX, enviada al Congreso por el Presidente Felipe Calderón, tiene como objetivo que inversionistas privados participen mediante mecanismos transparentes de asociación en la expansión y modernización del sector energético. El Presidente Calderón señaló que siempre y cuando lo permitan las  normas constitucionales.

El cambio planteado por el Presidente Calderón en la reforma energética lo recomienda  expresamente Andrés Manuel López Obrador en un libro de su autoría titulado "Un proyecto alternativo de Nación", publicado por Editorial Grijalbo en 2004. Ese libro fue el medio para dar a conocer su programa de gobierno si llegaba a la presidencia.

Dice textualmente AMLO en la página 42 de su libro cuando habla del sector energético: "tampoco deberíamos descartar que inversionistas nacionales, mediante mecanismos transparentes de asociación entre el sector público y privado, participen en la expansión y modernización del sector energético o actividades relacionadas, siempre y cuando lo permitan las normas constitucionales". El candidato del PRD ofreció, si llegaba a presidente, instrumentar una reforma en el sector  petrolero prácticamente igual a la que actualmente propone el Presidente Felipe Calderón. Pero como el candidato del PRD perdió, ahora califica esa reforma, que él propuso cuando era candidato, como antipatriota y en perjuicio de los mexicanos, algo tiene que decir para alimentar a los "progresistas".

¿Por qué el ex candidato a la presidencia del PRD y sus colaboradores ofrecieron durante las pasadas elecciones presidenciales a los mexicanos reformar PEMEX para incorporar "mediante mecanismos transparentes de asociación entre el sector público y privado" a inversionistas nacionales, y ahora que presenta una iniciativa con ese mismo fin el Presidente Felipe Calderón, la descalifican y se oponen rabiosamente a su aprobación?  Si usted le entiende, mucho le agradeceré me lo explique porque yo de plano no le entiendo.  Cosas que tiene el Peje.



Los latinos son timados con más frecuencia

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Agosto / 2008

 

Las dietas sin esfuerzo y los programas de trabajo desde la casa son dos de los fraudes más comunes


La comunidad hispana es una de las más susceptibles de ser víctima de fraudes, según un estudio de la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC), que destaca que en un período de 12 meses, un 18% de los latinos participantes fue timado.

El informe, publicado esta semana en la página Web de esa entidad gubernamental, reveló una lista con los tipos de fraude más frecuentes, que encabezan las dietas milagrosas y las loterías extranjeras.

En el caso de los hispanos, los timos más comunes fueron las dietas sin esfuerzo (con un 4.8% de los incidentes reportados), los programas fraudulentos de trabajo desde casa (un 3%) y la falsa pertenencia a clubes de compra al por mayor (un 2.6%).

Según el estudio, realizado con datos de una encuesta en inglés y en español a 3,888 personas, los hispanos son un 50% más susceptibles de caer víctimas de un fraude que los blancos no hispanos.

Sin embargo, el informe apunta a que el hecho de que tanto los latinos como los afroamericanos tengan más posibilidades de ser timados no tiene por qué estar relacionado con la etnia en sí, sino con otros factores, como el nivel educativo o la edad.

"Cuando decimos en la encuesta que los hispanos tienen más posibilidades de ser víctimas de fraude estamos mirando sólo cuestiones raciales, no tenemos en cuenta el resto de factores", dijo Keith Anderson, economista de la FTC.

Sin embargo, Anderson explicó que durante la realización del estudio se dieron cuenta de que había otra serie de factores que hacían más propensas a algunas personas enfrentarse a un fraude.

Según el estudio, las personas con menor nivel educativo, las más jóvenes y las que se aseguraban sentirse incómodas con su nivel de deuda actual tenían más posibilidades de ser timadas.

"Si tratas de mirar todo en conjunto, ves que los hispanos en EU suelen ser más jóvenes, suelen estar menos cómodos con su deuda y tienen menos nivel educativo", dijo Anderson.

"Si se tienen en cuenta todos estos datos, no parece que los hispanos o los afroamericanos por el hecho de serlo presenten más tendencia a ser víctimas de un fraude", añadió.

El informe concluyó además que el nivel de uso del inglés no era una de las causas determinantes para que el 18% de hispanos encuestados hubiera sufrido uno o más fraudes durante un período de 12 meses.

El 35% de los hispanos indicó que hablaba sólo inglés y el 50% aseguró que aunque habla otro idioma, se sentía cómodo cuando llevan a cabo negocios en inglés.

Según el estudio, entre todos estos hispanos anglófonos (85% de los latinos participantes en la encuesta), el 19.3% había sido víctima de algún timo.

Al mismo tiempo, en el 15% restante, que confesó no sentirse cómodo con el inglés, la tasa de fraudes era del 10.6%, lo cual indica que el dominio de la lengua no es un factor determinante.

Además, según el informe, "las víctimas hispanas indicaron que en el 20% de los incidentes el fraude se había cometido en español".

Desde la FTC, y ante los datos revelados por la encuesta, se aconsejó a los consumidores que conozcan a las personas con las que se realizan las transacciones económicas y que protejan su información personal de pago. Además, se les anima a leer la letra pequeña de los contratos de compra y a entender que "gratis significa gratis", y que no hay que pagar nada por algo que se anuncia como gratuito.

 

 

Siempre que se habla de los migrantes se tejen una serie de argumentos que la mayor parte resultan falsos o suposiciones, de ahí que resulta interesante indagar en los organismos especializados la verdad basada en los estudios que realizan las citadas organizaciones, sobre todo en lo que se refiere a hechos reales que se consignan en las estadísticas.



Las dos caras de China

Antero Duks

Agosto / 2008

 

Qué emoción, otra vez Olimpiadas! Estas semanas fuimos testigos de un mega show en torno al evento mundial del deporte y la amistad. También de la presentación en sociedad de la nueva China. Fue el aparador de ese país lejano en la geografía, pero cercano en el bolsillo por todo lo "made in China", desde los coches que se venden en tiendas de electrodomésticos, hasta los rosarios de la Villa de Guadalupe.

China del dragón, de los ojos rasgados, del progreso fantástico, de las fotos de Mao… Cultura ancestral de ideología marxista importada de Occidente. China sigue siendo un misterio; un fantasma que se aparece y nadie sabe qué hay detrás. Una cosa tenemos clara: crece económicamente, es la envidia de todos. Esta meta la cumplen porque la cumplen… ¿cómo y a qué costos?

El Estado organiza, planea y mueve casi todo. Es comunista. Al individuo no le propone, le impone. Un ejemplo palpable son los 30 años de la política del hijo único. Se ha hecho un país de hijos únicos, no por medio de la disuasión, sino de la represión. Esto traerá consecuencias, por ejemplo en 40 años cada hijo único en China tendrá que mantener a su padre, su madre, y probablemente a sus abuelos también. Pero lo relevante es que el gobierno tenga la posibilidad y el derecho de meter tijera en las mujeres chinas, estén o no de acuerdo las pobrecillas.

Si para crecer hace falta talar árboles, llenar de basura ríos o de humo el aire, les vale, el objetivo es que haya más dinero, eso lo tiene claro el gobierno chino. Está bien que quieran que su caballo corra, pero no que se lleven entre las patas a los peatones. Parece que China quiere ganar varias medallas de oro en destrucción del ambiente; tiene ya cuatro ciudades colocadas en el "top 10" mundial de mayor contaminación del aire.

Y rompe récord mundial como el principal emisor de dióxido de azufre y dióxido de carbono. El mismo Banco Mundial advierte sobre "consecuencias catastróficas para las futuras generaciones" por el imprudente uso y contaminación del agua. Espectacular auge económico tan verdadero como la catástrofe ambiental que están provocando.

Parece que China va cediendo el manejo de algunas libertades a sus ciudadanos: pueden elegir dónde vivir o trabajar, pueden comprar o vender más cosas. Pero hay una soguita que no aflojan, más bien la aprietan: las ideas. Tu cabeza sólo puede procesar las ideas del Estado chino comunista. Prohibido pensar, proponer, generar, intercambiar tus propias ideas. En esta competencia sí le fue mal al equipo de China, clasificó sólo por ser el anfitrión, pero de 169 países competidores, ocupa el lugar 163 en respeto a la libertad de prensa según Reporteros sin Fronteras.

Han encontrado, además, un medio genial para matar dos pájaros de un tiro: control de los disidentes y mano de obra barata. A los responsables de "actos antisociales" se les inscribe en el "sistema de reeducación a través del trabajo", que traducido significa condena a trabajos forzados. El mismo gobierno da una cifra oficial de 260 mil condenados a esta "reeducación" desde 2004, pero hay muchos más que escapan al conteo oficial.

Las protestas en el Tíbet han puesto en escena otra cara de la mítica China. Entre los chinos los hay de todas las religiones: budistas, musulmanes, cristianos, etcétera, pero cada religión con un control férreo del Estado. El que no acepte el control gubernamental sobre creencias y jerarquía religiosa, tiene que practicar su religión en la clandestinidad. Los riesgos van desde pérdida de trabajo y falta de oportunidades, hasta la cárcel o la muerte.

En el caso del Tíbet han acusado al Dalai Lama de haber instigado las recientes protestas con el fin de boicotear las Olimpiadas. Después de ver el mitote que se armó, el gobierno chino quiso dialogar, pero sólo para que se reestableciera la calma de cara a los Juegos Olímpicos… No pusieron en la mesa el tema de fondo que es la libertad religiosa.

Para los cristianos no ha sido fácil tampoco, y en especial para los católicos. Durante el régimen comunista chino han sido varios millones los que han sido perseguidos, encarcelados, multados y expulsados del trabajo. La mayoría de las veces las condenas se hacen por la vía administrativa; es la policía política y no un juicio en forma, la vía para enviar a la cárcel o trabajos forzados, sobre todo a sacerdotes y obispos que no aceptan que el régimen les diga lo que debe decir el catecismo.

Excluir a Dios de la sociedad ha sido el gran ideal maoísta. Sin embargo, el interés por Dios sigue vivo. El "logro" no ha sido la expulsión de Dios, sino el exterminio de concretos seres humanos. Pueden ser hasta 150 millones de víctimas exterminadas por motivos de sus ideas políticas o religiosas desde 1949 hasta hoy (es imposible tener una cifra exacta, el dato lo tomo de la revista italiana Timone). Maravilloso el desarrollo de China, pero las perversiones, el crimen y el homicidio enraizados en ese sistema nos recuerdan que el ser humano es un fin y nunca un medio utilitario.

En estas Olimpiadas vimos espectaculares estadios, edificios y auditorios. Con 40 mil millones de dólares invertidos en construcción, atestiguamos lo que se puede hacer. Hermoso escenario, bonito teatro, pero afuera hay otra realidad.

 

 

 



domingo, 27 de junio de 2010

Dios ante la ciencia



Querien Vangal

Agosto/2008



Los agnósticos, los ateos, los nos creyentes y los abiertamente declarados enemigos de cualquier religión regularmente sustentan la tesis de que Dios es un invento del hombre, producto de su ignorancia, su miedo a las fuerzas de la naturaleza y a lo desconocido.

La gente de las diversas culturas humanas cree en la existencia de una o más deidades omnipotentes, y jamás se ha conformado con ir descubriendo las leyes de la naturaleza ¿Por qué la gente de las diversas culturas humanas cree en la existencia de una o más deidades todopoderosas? ¿Por qué no se conforma con ir descubriendo las leyes de la naturaleza? Si la gente "inventa" o realmente descubre sistemáticamente un Dios, un ser todopoderoso, omnipresente, no es por miedo, sino al revés. La gente deduce la existencia de un ser semejante porque su conocimiento heredado y adquirido, no le dan ninguna otra explicación del mundo y de su ser humano espiritual.

Reconocer la existencia de Dios es producto de la razón, resultado de un proceso deductivo, es de estricta lógica y no de la imaginación, o de la ignorancia científica o de debilidades y miedos humanos. Por muchas razones también, el hombre descubre la trascendencia anímica sobre su muerte.
El hombre encuentra la respuesta a sus preguntas sobre el universo y la mente humana en la religión, después de que su conocimiento general y del llamado científico, no le dan respuesta a la existencia de ambas cosas. No se la dan porque no la tienen. Las ciencias llamadas exactas, naturales, nos dan conocimiento de la realidad física y de las leyes que gobiernan al universo, pero no explican su origen o su por qué; no pueden, en cambio creer en Dios sí da esa respuesta en cuanto a lo que su fe misma representa.

La ciencia, así en general, -como usan el término quienes oponen el conocimiento científico a creer en Dios-, no es solamente limitada, sino que a través de los tiempos va cambiando sus enseñanzas, según se descubren tanto nuevas cosas como los errores en que habían caído sus creadores.
Así, la ciencia griega enseñó que había cuatro elementos: agua, tierra, aire y fuego; pero los científicos llegaron a descubrir muchos elementos de la materia, que el científico ruso Mendelejeff encuadró en su "tabla periódica de los elementos". Pero la misma ha sido enriquecida al descubrirse nuevos elementos.

La ciencia enseñó que la tierra es plana, que el sol gira alrededor de ella; hasta que nuevos científicos dedujeron que era al revés, como ahora sabemos "a ciencia cierta". Los científicos del siglo XIX afirmaban que había generación espontánea, pero Louis Pasteur, un científico creyente, demostró lo contrario. La ciencia enseñó que el átomo es indivisible -significado exacto del término.

Ahora conocemos más y más elementos subatómicos.
La ciencia dice que la velocidad "terminal" es la de la luz, que nada puede moverse más rápido, pero otros lo ponen en duda; quizá en algunos años sepamos una nueva "verdad" científica al respecto. La duda es lo que ha llevado al hombre a adquirir nuevos conocimientos, cuando los de su entorno no responden a su raciocinio, y así descubre verdades antes ignoradas y/o rechazadas.

También el conocimiento mágico es superado por la racionalidad. La magia intenta explicar lo que no se entiende, pero sus intentos no son racionales, sino emocionales, y son tentativas --muy fructíferas, por cierto--  de controlar voluntades ajenas, de crearse el mago, hechicero o brujo un halo de superioridad que infunde temor, respeto, veneración y dominio.
Cuando la ciencia, la magia y otros intentos de conocer la verdad del universo y de su origen, no responden a la sed de saber del hombre, de entender su entorno y sobre todo su propia persona, su ser, entonces, por racionamiento, deduce que debe haber alguien, un ser que tenga el poder de crear esa naturaleza, esas leyes que la humanidad aprende. Es entonces cuando deduce que Dios existe. Sí, creer en un Dios todopoderoso, omnipresente y creador, es producto de la deducción, no del miedo o debilidad mental.

Hay mucha gente, es cierto, que ante esa situación, quizás por falta de un racionamiento lógico o por desidia –el eterno "ahí se va"--; por compromiso e interés personal; por temor o por no comprometerse en responsabilidades con un Dios exigente y juzgador –soslayando el fundamento de que Dios es amor--  prefiere no creer en nada. 

El gran centro de la creencia en Dios está en dos cosas básicamente: el origen del universo y el del espíritu humano, con toda su superioridad inmensa sobre otros seres vivientes. La ciencia enseña la realidad, pero no su origen, no puede, está fuera de sus fronteras; la teología sí, porque es su campo de conocimiento: Dios y el alma.

La ciencia no explica el espíritu humano, su inteligencia, su conciencia que distingue el bien del mal. Con la tecnología actual las ciencias: la anatomía, la fisiología, y otras, nos informan qué sucede en el cerebro humano cuando piensa, o tiene emociones, pero no nos dicen nada sobre la actividad inmaterial de la mente, sólo la del cerebro, la del sistema nervioso, es decir de las manifestaciones físicas de los procesos del sentir afectivo o del pensar, pero no sobre éstos en sí.

El ingenio humano, su creatividad, hacer poesía o música, y el arte en general, están fuera del ámbito científico; no son actos materiales, aunque para llevarlos a cabo el hombre utilice su cuerpo, son mentales. La afectividad humana no se comparte con los animales, cuyos "afectos" son instintivos; pero el hombre sobrepasa con creces sus instintos, como los de protección a la descendencia.

Las ciencias de la conducta intentan conocer las funciones de la mente humana, pero no explican el por qué de su existencia, sólo investigan su realidad, es todo. La mente humana, el espíritu del hombre, que están por encima del resto de los seres vivos, solamente tienen explicación cuando se deduce que fueron creados por "alguien", con ese poder y esa voluntad.
La ciencia es limitada, pero creer en Dios supera y resuelve muchas preguntas del hombre. Así, creer en Él no es resultado ni del miedo, ni de debilidades, sino de la razón. Ciencia y religión no se oponen, se complementan en el ser humano, y por eso las gentes de diversos tiempos y culturas encuentran en la existencia de la deidad todopoderosa la respuesta a sus preguntas; la respuesta: Dios existe.

 


 





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¡El pueblo no es tonto, pero…!

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Agosto / 2008

 

«Yo he visto engaños por verdad creídos»
Cervantes

 

Hay una gran presión política de parte de la izquierda, bajo el mando de López Obrador, para que se realice una consulta ciudadana sobre el futuro del petróleo y su industria en México, es decir, sobre cómo deberá reformarse la ley (no la Constitución) para asegurar el futuro. ¿Qué podríamos esperar de semejante ejercicio? ¡Frustración! Veamos por qué.

Entre los intelectuales de izquierda y algunos académicos –aún los no ligados ni política ni emocionalmente a López Obrador–, también se respalda la idea de consultar al pueblo sobre PEMEX y el petróleo. Dos cosas, básicamente, se pretende conseguir con la participación ciudadana: que el petróleo y su industria sigan siendo mexicanos, lo que significaría lo que llaman "soberanía energética o del petróleo", y la no privatización de PEMEX.

Los promotores de la consulta han atacado la propuesta de reforma energética –sobre el petróleo– del Presidente Calderón, dando en general buenas muestras de no haberla leído o ignorarla intencionalmente. Lo importante ha sido estar en contra y calentar los ánimos populares frente al calderonismo y su partido.

En su campaña de promoción anti-Calderón en materia de petróleo (y de paso de lo que sea que de él venga), AMLO y su gente han buscado y obtenido una amplia oposición desinformada contra el proyecto de reforma. La gente arrastrada a reuniones y movimientos callejeros, esa que grita y exhibe letreros diciendo que "¡la patria no se vende!", y "¡no a la privatización del petróleo!", no ha dado muestras de saber de qué se trata. Simplemente repiten las consignas que les son dadas. Así lo han demostrado reportajes de prensa, al cuestionar a los manifestantes.

La posición tomada por los seguidores de AMLO es que no se debe entregar el petróleo a los extranjeros, ni tampoco a los capitalistas mexicanos, ni a nadie. Esta actitud demuestra claramente que esa gente no tiene ni idea de lo que propone y defiende Felipe Calderón. No saben, o no quieren saber, nada sobre las declaraciones reiterativas del Presidente: nadie, ni su gobierno, ni su partido, ni la población, queremos privatizar los hidrocarburos o Petróleos Mexicanos.

En estas condiciones, cualquier intento de consulta es un fracaso anticipado. Una vez que la gente seguidora de AMLO fue adoctrinada sobre lo que se quiere que piense, ya se sabe lo que diría en una consulta.

Pero la gran mayoría de la población, millones de mexicanos, no saben de qué se trata la reforma energética. Eso, a pesar de su constante mención en la prensa escrita y electrónica y los mensajes informativos oficiales. Esto es normal aquí y en China, pues a pesar de que la política propuesta es en principio muy simple, termina en una enorme cantidad de recovecos técnicos y toma de decisiones específicas.

Entre quienes apoyan la idea de la consulta, repiten una frase ya muy oída: "el pueblo no es tonto". Se supone así que la ciudadanía mexicana es sabia y que no se dejará engañar; y sí, en efecto, el pueblo no es tonto… pero sí influenciable.

Se olvidan, o más bien dejan de lado, algo muy importante, diferente de la inteligencia popular, y es la propia naturaleza humana. El hombre es dos cosas a la vez: razón y emoción. Esto se manifiesta en todas las actividades humanas: en la vida diaria, en las relaciones personales, y en las decisiones públicas.

Los mexicanos no somos distintos del resto de la raza humana, a pesar de las características propias de nuestro mosaico cultural nacional. Podemos decidir con la cabeza, con el corazón o con el vientre, y eso depende de muchas cosas, básicamente de lo que sabemos de un tema, de lo que queremos, y del estado emocional en que nos encontremos al tomar una decisión.

En esta forma, la consulta popular enfrentaría dos aspectos decisivos. El primero es que la gente no está informada de lo que realmente es la industria del petróleo, nuestra y mundial, ni sobre lo que se propone como reforma. Basta escuchar cómo se habla de defender el petróleo para que no se privatice, para que no se entregue a extranjeros, cuando nadie lo esta proponiendo.  Bastó que AMLO pregonara falazmente que era una privatización disfrazada, para que el FAP desatara una propaganda insidiosa al respecto, basada no en que el pueblo es tonto –que no lo es--, sino que es muy influenciable.

Si se hace una encuesta cualquiera, su resultado dependerá de lo que se pregunte y de cómo se pregunte, y esto vale para cualquier pregunta, no solamente para consultar a la población sobre la reforma energética. ¿Por qué mejor no hacemos una encuesta sobre el conocimiento público del petróleo y del proyecto de reforma?

No es difícil imaginar cómo podría ser una encuesta con mentalidad perredista: "conteste sí o no a lo siguiente: ¿acepta la reforma energética que entrega el petróleo a extranjeros y al capital nacional?". ¡Sería tan fácil obtener el resultado buscado! Esto no es imaginación; el preguntar tramposamente para obtener el resultado buscado ya lo hizo AMLO en la Capital durante su mandato.   Esto es como el volado, si sale sol yo gano, y si sale águila tu pierdes.

Pero finalmente, toda consulta al pueblo no sería más que la manifestación de opiniones que serían muy diversas y contradictorias, si la consulta se hiciera correctamente. No tendría el pretendido valor decisivo que quieren darle.

En México no existe la figura del referéndum. Tampoco puede pretenderse que la población tome decisiones clave nacionales en voto directo popular. Para eso tenemos un sistema democrático constitucional: votamos y elegimos diputados y senadores, a quienes damos mandato para que decidan en nuestro nombre. Se dice que el artículo 26 constitucional permite la consulta, pero sólo se refiere a "procedimientos de participación y consulta popular en el sistema nacional de planeación democrática", y no puede extenderse a otros temas.

Finalmente, una consulta popular sería un ejercicio altamente frustrante, inválido gubernamentalmente, y motivo de más confrontaciones.

 

 

 



 




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Enésimo llamado del Presidente de la República

 

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Agosto / 2008

 

No hay más sordo que el que no quiere oír

 

 

El presidente Felipe Calderón reiteró que la clave para ganar la guerra al crimen organizado es la participación de la sociedad civil, particularmente en aquellos lugares donde la delincuencia tiene el soporte de algún sector.

 

Llamó a sumar voluntades en torno a la denuncia, a la información proporcionada a las autoridades, a la reflexión sobre el peligro que significan las drogas, a la apropiación, utilización y cuidado de los espacios públicos, y sobre todo al respeto a la ley y al rechazo a la corrupción.

 

Durante la toma de protesta a la Mesa Directiva 2008-2009 del Consejo de Participación Ciudadana de la Procuraduría General de la República (PGR), el mandatario expuso que en la medida en que sea más "vigorosa" la participación de la ciudadanía el éxito en la lucha por un México libre de violencia será más rápido y contundente.

 

Explicó que uno de los elementos claves en la lucha será el relanzamiento de números telefónicos, como el 066 y 089, donde los ciudadanos podrán dar información, incluso de manera anónima, sobre la actividad de los delincuentes, además de que la gente podrá enviar imágenes.

 

En el Salón "Adolfo López Mateos" de la Residencia Oficial de Los Pinos, reconoció que en la actualidad el mayor de los retos que los mexicanos enfrentan es ganar la batalla a la delincuencia organizada que amenaza a la integridad, la libertad y la seguridad de las familias.

 

Este mensaje que cotidianamente, aprovechando todo acto público, lanza al aire el Presidente de la República, inmediatamente es objeto de críticas burlonas por parte de los "analistas" y comentaristas de la televisión.  Nadie, medianamente sensato entiende esta postura de los "brillantes" dueños de la comunicación electrónica. Los hay de todos colores, desde los más agresivos –los clásicos perdonavidas— como Joaquín López Dóriga –a quien definitivamente ya lo invadió el Síndrome Peje, por lo que ya hay quien propone que mejor se llame Síndrome López--  y José Antonio Crespo; hasta los blandos –que ya no saben ni a que le tiran, pero se van con la cargada.

 

¿Qué responsabilidad se le puede pedir a la sociedad, si los que deberían secundar el llamado cotidiano del Presidente como son los que conforman el Primer Poder de la Nación: la TELEVISIÓN --así con mayúsculas- hacen chunga constante de los ya angustiosos llamados del primer mandatario?

 

Sabemos que la corrupción es el flagelo nacional, que esta ha invadido todas las esferas, oficiales y no oficiales, y que no se puede combatir con efectividad con esa actitud asumida por el "Primer Poder", desde el cual se gesta el flagelo.  Y lo triste es que todos los políticos, honestos y deshonestos, lo saben pero lo callan, los primeros por miedo, sin reparar que con esto deja mucho que desear su honestidad, y los segundos porque de eso piden su limosna.

 

En esta situación ¿qué se puede hacer?, solamente, como decía mi compadre Atanasio: "Los que no tenemos recursos para poder combatir la corrupción, no nos queda nada más que sentarnos a llorar de impotencia y tratar de defender los valores morales de nuestra familia, pero nunca dejarse arrastrar por la corriente".  Pero lamentablemente a cuantos hay que ya ni esos valores morales les importan. 

 

Recuerdo que mi padre me decía --cuando transitaba yo el periodo de formación y vivía el proceso de conformar mi propio criterio--  que me preparara para entrar al pantano podrido de la vida; que eludiera con valor las múltiples tentaciones; que evaluara al máximo que sólo el trabajo honrado y responsable enaltece al ser humano; que más vale ser pobre pero honrado, respetuoso de la ley y de nuestros semejantes, que tener fortunas mal habidas.  Ahora, han pasado los años, llegué a la vejez y recuerdo el gran valor de esas palabras de mi padre.

 

Ese pantano podrido, a que mi padre hacía referencia, a todos salpica y no se diga en nuestro país.  Todos, sin excepción, estamos salpicados en mayor o menor grado, claro que los hay que están empapados hasta las manitas y otros que ya se han ahogado.  En esto resultan ad hoc las palabras bíblicas: "Que lance la primera piedra quien esté libre de pecado". Seguro es que no hay quien la lance.

 

La corrupción pudre todo, pudre la educación, la moral, las voluntades, la cultura, el trabajo, la economía, en fin, pudre la vida toda; de ahí el incremento extremadamente angustioso de la delincuencia en todos sus especialidades.  Para amortiguarla --que no acabarla pues esto es humanamente imposible-- se necesitaría un esfuerzo sostenido toda la sociedad por muchos, pero muchos años.  Pero ¿cómo se puede lograr si los que más deberían apoyar cualquier esfuerzo de este tipo, se dedican a escamotear todo lo que a ese respecto se intente?

 

El cotidiano llamado del Presidente Calderón a todos los mexicanos con desesperante insistencia, es así porque, además de que es su responsabilidad encabezar esta lucha, no le queda de otra.  Los alarmantes índices de la delincuencia ya rebasaron el límite tolerable, la situación está en un tris de convertirse en caótica, como diablos no va a estar preocupado y su deber es estar machacando a la sociedad de la necesidad de que todos participen. 

 

La delincuencia, en todos sus niveles y formas, esta prohijada por la lacerante corrupción que padecemos, pero esto no es de ahorita, ¡no, qué va! Esta corrupción nació, se conformó y creció bajo las largas décadas de la hegemonía de la "Trinca Infernal" (PNR-PRM-PRI).  Como no se le combatía, se cobijó en los regímenes "robolucionarios" y bajo su amparo creció, adquirió mayoría de edad; pero a partir del año 2000, que se le empezó a combatir, al verse acorralada, como es natural –a toda acción corresponde una reacción--  reaccionó, pero ahora es el momento crucial para que la sociedad entera reaccione a esa reacción y, encabezada por quien tiene ese deber que es el Presidente de la República, a nivel nacional, y los Gobernadores, en el ámbito local, la combata de frente.

 

En esta lucha, que debe ser, como antes apunté, frontal, estamos defendiendo a nuestra patria, a la sociedad misma y a nuestras familias.  Dentro de ello, y en forma por demás importantísima, a nuestros hijos que lo que menos esperan de sus padres es eso: que los protejan y defiendan.

 

Por razones obvias, en esta lucha debe hacerse a un lado las pasiones partidistas, de religión, de gustos y, en fin, de todo.  El daño que nos está causando la corrupción-delincuencia es parejo, no distingue ideologías y/o creencias religiosas.  Todos vamos en el mismo barco y si no lo salvamos se hundirá y nos ahogaremos todos.  Es por esto que marco con insistencia la posición totalmente negativa del "Primer Poder" televisivo, porque tal parece que navegan en otro barco, lo que pudiera ser si son parte de la mafia corrupta.  Ahora parece que por sistema hacen chunga de lo que dice y hace el Presidente Calderón; en vez de que, aprovechando la tremenda penetración e influencia que tienen, apoyen esa lucha frontal.  Desde luego que apoyo no quiere decir consentimiento, cuando se detecte alguna falla debe denunciarse, pero siempre con el afán de componer y no de destruir, que es lo que hace la burla.

 

A los medios de información (escrita y electrónica) ya se les olvidó, mañosamente, pues no creo que tengan tan mala memoria, aquel tiempo, no muy lejano, en el que de cajón tenían que alabar al régimen en turno so pena de castigo, ahora gracias al cambio encabezado por el Presidente Fox pueden decir lo que se les antoje sin ningún temor.

 

 

 

 

 

 



 




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